[vc_row][vc_column][vc_column_text]Uno de los acontecimientos destacados en el desarrollo físico de un bebé es la aparición del primer diente de leche, algo que genera dudas e inquietud en muchos padres y madres. Es habitual en la consulta que algunos de ellos nos pregunten por qué a sus bebés aún no les ha salido aún su primera pieza dental. En este artículo vamos a explicar de forma sencilla todo lo que respecta a los primeros dientes de nuestro bebé.
El primer diente de leche aparece en la boca de una persona a los 6 o 7 meses de edad, por norma general. En algunos casos, el diente inicial puede desarrollarse algo antes, o retrasarse incluso hasta los 10 meses. En ninguno de estos supuestos debe cundir el pánico entre los padres.
De manera poco frecuente, los bebés pueden nacer ya con sus primeras piezas de leche, o erupcionarles éstas dentro del primer mes de edad. En el primer caso, hablaríamos de dientes natales, mientras que en el segundo estaríamos ante dientes prenatales. Estas situaciones deben ser valoradas por un especialista rápidamente, ya que pueden estar vinculadas a anomalías físicas o a falta de peso al nacer. Por su gran fragilidad, estos dienten podrían ser tragados o aspirados.
Los dientes de leche suelen erupcionar en base a un patrón preestablecido. Los primeros serán, habitualmente, los incisivos dentales inferiores. Los siguientes en salir son los incisivos de la arcada superior, acompañados por los laterales superiores. Acto seguido, aparecerán los dos laterales de la arcada inferior. El proceso prosigue con los primeros molares, los caninos y los segundos molares.
En total, la dentición de leche consta de 20 piezas dentales (10 por arcada), y debería estar completa a los 2 años y medio de edad.
Recomendamos que la primera visita al dentista se haga al cumplir nuestro bebé su primer año. Es importante para prevenir la llamada “caries del biberón”, limpiar las encías del pequeño y detectar posibles anomalías tempranas de oclusión. Además, el niño e acostumbrará a no tener miedo al dentista. A partir de entonces, es conveniente que las visitas al odontopediatra se repitan cada 6 meses.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]