Es habitual que todos nos hayamos preguntado alguna vez para qué sirve la saliva y cómo se produce.
La saliva y el fluido gingival tienen un papel protector y muy beneficioso para nuestro organismo, como ha sido demostrado con diversos estudios. La producción de saliva es inherente al ser humano, y resulta para el mantenimiento de un correcto estado de salud.
Este fluido es considerado como el remedio casero más antiguo del mundo. De hecho, los animales usan la saliva cada día para aliviar sus heridas.
Se calcula que una persona sana fabrica entre 1 y 2 litros de saliva al día, lo que hacen cerca de 35.000 litros pasados los 70 años de edad.
Los pacientes que se encuentran en situaciones de hiposialia (baja producción de saliva) suelen presentar un índice de caries mayor (pacientes con síndrome de Sjöegren, diabéticos, parkinson, pacientes sometidos a radioterapia, etc.)
Al mismo tiempo, la saliva puede ser conductora de una serie de enfermedades entre seres humanos. En el plano odontológico, es posible la transmisión de la periodontitis en parejas estables, sometidas a intercambio de saliva durante un periodo temporal prolongado. Por ello, es fundamental mantener una higiene bucal óptima y visitar a nuestro dentista con frecuencia.
A continuación, pasamos a detallar los principales beneficios de la saliva para nuestro organismo:
- Acción de barrido mecánico: La presencia de la saliva junto con la acción muscular de la lengua, carrillo y labios determina un arrastre mecánico denominado aclaramiento oral.
- Acción buffer o neutralización del ácido: La saliva posee varios componentes que actúan como amortiguador o tampón, es decir, mantienen el pH constante. Entre estos sistemas destacan el bicarbonato-ácido carbónico, el sistema fosfato-ácido fosfórico o la urea y las proteínas salivares.
- Reducción de la solubilidad del esmalte: La saliva contribuye a disminuir la solubilidad del esmalte por los ácidos porque ayuda a la formación de la película adquirida (capa orgánica de glucoproteínas salivares que se deposita sobre el esmalte de forma rápida). Esta película adquirida actúa como barrera orgánica para la difusión de los ácidos ofreciendo así al esmalte alguna protección contra la desmineralización
- Remineralización del esmalte: La saliva contribuye a la remineralización de las lesiones incipientes en el esmalte, debido a su contenido en fosfoproteínas que captan calcio y lo depositan en el esmalte.
- Función antibacteriana: Contiene una serie de sustancias antibacterianas que ejercen un papel regulador dentro del sistema ecológico bucal: IgA, lisozima, lactoferrina, sistema del complemento.